Déco

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viernes, 11 de noviembre de 2011

¡La tristeza de un payaso!


¿Hay algo mas triste que la pena que alberga el corazón, ahogándola en silencio? No permitiendo que nadie  escuche los gritos de dolor que desde la profundidad afloran ¿Existe algo mas triste, que vivir haciendo reír a los demás cada día? Cuando el pecho  se parte a cada gesto porque el público ansioso está predispuesto para ver ...  

                                              ¡¡al payaso!! 

¿Como hacer? ¿Como cambiar la expresión de mi alma si ni si quiera sé que ha sido de ella? No sé como he llegado hasta aquí, ¿Qué ha sucedido en mi vida? Tanta lucha, tantos caminos recorridos para terminar en un pueblucho desconocido y alejado de la mano de Dios, sólo, sin familia y sin amor. ¿Donde han quedado los años de la juventud atolondrada y ávida de sensaciones? Donde no existían los obstáculos, todo era superable, el futuro era lejano y providencial ¿Qué ha pasado? fue ayer ¿Y hoy ?

-Oh!! Pienso, mientras paso la mano por la cabeza intentando vaciar mi mente de pensamientos que azotan mi alma. 

Me repito una y otra vez 

-No lo conseguiré, no conseguiré culminar mi actuación, esta tarde es imposible, mi corazón se está desangrando y no hallo manera de controlarlo.

Tanto sufrimiento y ningún cambio, todo permanece inamovible congelado, las mismas personas, el mismo ambiente, la misma soledad... 

-¿Qué ha sido de mi familia? Yo tenía una hermosa familia... una bella esposa, compañera al mismo tiempo,  colaboradora del mago, tuvimos dos hijos y éramos muy felices,  buenos tiempos sin duda. 

-¿Qué ha pasado? repito sin cesar.

-¡¡No puedo soportarlo!! Trato de cubrir mis ojos con las manos como si deseara sumirme en la pasiva oscuridad. 

Esta tristeza, el silencio del lugar, ropa polvorienta en las perchas, pinturas que desprenden olor a aceite rancio 

-¿Qué ha ocurrido? me pregunto una y otra vez.

Por toda luz la llama de una triste vela consumiéndose con el tiempo lo mismo que yo, a lo lejos siento el murmullo de la gente, ya no falta mucho para mi hora.

-No, no creo que pueda conseguirlo. Susurro mientras miro alrededor buscando la salida de mi dolor.

Esta noche me encuentro totalmente abatido, desmotivado, el tiempo no acompaña, este otoño lluvioso y ventoso ... tristes lágrimas corren por mi mejilla recordando tiempos pasados que no volverán a tocar en mis cristales.

Un sonido seco, me ha sacado de mi absorto estado 

 - ¡¡Te toca payaso!!

Igual que si mi ropaje acarreara el peso del mundo, me incorporo  tomo mi nariz roja la coloco sin siquiera mirarme al espejo, ya no es necesario, y con pasos lentos y dolorosos me dirijo hacia la carpa, acarreando la carga de mi alma encadenada a tortuosos pensamientos.

-Solo espero que pase desapercibida la sinceridad de  unas lágrimas que liberadas por causas ajenas al momento, deslizándose en un rostro enjuto por el dolor maquillado con el fín de cubrir las heridas y huellas que la vida grabó, no descubran el sufrimiento de un payaso triste.



PD
Muchos visitamos el circo en alguna ocasión de nuestras vidas y  disfrutamos con los "graciosos" payasos, pero jamás imaginamos que podrían estar pasando por estados tan dolorosos.

Este post va por aquellas personas que no son reconocidas como verdaderamente se merecen.

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