A lo largo de la vida, nos aferramos a lo que creemos nuestro, sin percatarnos de que la carga de nuestro equipaje es tan pesada que en algún momento en el trayecto del camino, nos veremos obligados a ir aligerando, o de lo contrario nos arrastrará e inmovilizará, llegando a retenernos en algún punto de nuestra historia.
Es muy duro desprenderse de los recuerdos, pues ellos constituyen la ficticia felicidad y triste pesadumbre, sin ellos nos sentimos desnudos, abandonados, ya no tenemos con que torturarnos o vivir una falsa felicidad, sí, falsa y digo bien, pues se tornan a nuestro antojo desvirtuando la verdad, la realidad de las situaciones vividas para hacernos caer en momentos que solo han existido en nuestro subconsciente, pero que sí hemos deseado vivir.
Aquel beso apasionado en una noche solitaria bajo un cielo estrellado en la soledad de una habitación, cuando a lo lejos se escucha aquel tema que nos hace vibrar, donde sus notas entrelazan nuestros corazones hinchados de una pasión desmedida y el brillo de los ojos deja al descubierto los abrazos ahogados en un trago de amargura.
La mente neutraliza el dolor eliminando el sufrimiento, así vamos liberando la carga pesada que arrastramos a lo largo de la vida. Sería terrible vivir con todos y cada uno de los recuerdos que se van acumulando desde el nacimiento, bombardeándonos constantemente, no existiría tiempo para vivir el presente e intentar crear cada día una mochila de nuevos recuerdos.
Una vez leí que para ser feliz solo es necesario rodearse de personas que te amen. Entonces me pregunté
- ¿Como puedo hacer que las personas me amen?
-Fácil, ama tú primero y la vida te devolverá multiplicado por mil ese amor, transformando la oscuridad en luz y llenando los días de verdadera felicidad.
Así que lo primero que se ha de hacer es liberar la pesada carga del pasado, y cuando digo liberar me refiero a pasar página, construir en terreno limpio, porque si quedan restos o residuos, llegará un momento en el que esa construcción se tambaleará y tarde o temprano se vendrá abajo. La vida es como un libro, cada capítulo debe tener conexión entre sí , pero no han de influir permanentemente en el continuo desarrollo del libro. Esta práctica se le denomina avanzar, y eso es lo que se ha de hacer, avanzar y no detenerse, tomar todos los conocimientos extraer sus pautas y aplicarlas.
No siempre los resultados son los deseados, ya que las circunstancias que nos rodean están interactuadas por personas de diferente condición viviendo situaciones similares, y esto origina cambios en el curso de la vida que a veces nos obligan a tomar decisiones sobre la marcha y adaptarnos al momento que se está viviendo. Lo que sí puedo asegurar, es que en cada año, época o era, es posible crear instantes maravillosos con qué llenar el equipaje de actualizados recuerdos.
En el viaje es posible encontrar multitud de oportunidades, y también de obstáculos, ahora bien, jamás se está solo, aunque a veces cueste reconocerlo, todos somos necesarios, y emocionalmente dependemos unos de otros, pero sí de alguien, nunca de algo, alguien que nos haga ver la vida a través de sus ojos y nos ayude a subirnos al arco iris, alguien que nos ayude a encontrar en el firmamento aquella estrella a la que un día pusimos nombre.
PD
La carga de un gran equipaje se puede aligerar, pero no cometas el error de olvidar llenarlo con nuevas ilusiones.