Déco

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lunes, 30 de septiembre de 2013

Sueños Rotos!! (a todas las personas que están pasando por un momento difícil)





La vida es digna de ser vivida, ¿a que sí? ¡Venga ya! Preguntémoslo al pobre padre de familia que están obligando a abandonar su casa por no haber hecho frente a la hipoteca que durante los próximos 33 años le tendrá atenazado sin permitirle respirar, aprobada y autorizada por los expoliadores que en este momento le obligan a abandonar su hogar. 

Los recortes en el ámbito laboral han provocado la rescisión del contrato de trabajo, el cual desempeñaba en unas condiciones de total explotación, con horarios interminables, cotizaciones a la baja y por sí fuera poco remunerado en dinero no fiscalizado. En la actualidad se encuentra en situación de desempleo y sin prestaciones por no cumplir los requisitos exigidos para ello, y con un buen número de deudas acumuladas a las que debe hacer frente el resto de su vida, a ese padre le decimos:

"la vida es digna de ser vivida".

Vosotros qué creéis que nos responderá cuando en su mente solo hay una gran preocupación: ¿como hará para pasar esta noche y las de las próximas semanas? ¿Volverá a casa de sus suegros o de sus padres? En una habitación incómoda, a vivir de la gratitud de su familia, con miradas escondidas, interrogantes, esperando que  solucione esta situación. 

Habrá que privarse de todo lo bueno que a otros les depara la vida, y esperar que ocurra un milagro, mientras se pregunta:
¿por qué YO? Si no he hecho mal a nadie, he trabajado como un campeón llegando a mi casa exhausto sin tiempo para ver a mi familia ¿Por qué YO? 

Todos sus sueños e ilusiones han quedado tras la puerta de la casa, aquella casa que ahora es propiedad del banco, y a él le pertenece únicamente la deuda que tendrá que acarrear sobre sus espaldas el resto de su vida. 

Gran decepción se ha llevado cuando le han hecho creer que tenía derecho a todo lo que se propusiera, a todo lo que le es permitido a unos cuantos privilegiados: un trabajo, una casa, una familia, un coche, vestir,  salir,  viajar. Pues  qué estupendo. Pero esa no es la realidad, la realidad es la que está viviendo. No todos tenemos derecho a todo lo que nos propongamos, pues no está en nuestras manos el principio y el fin de nuestra vida, sino que dependemos unos de otros, y he ahí el grave problema, cuando hemos de dejar que en nuestro futuro intervengan terceras personas, las cuales no tienen muy claro que todos tenemos derechos y deberes, pero que ellos tienen además obligaciones morales y legales para con las personas que "contratan" o, al menos, así lo dice la ley. Pero,  ¿qué ley? ¿Donde está la ley que defiende nuestros intereses? ¿Quién aplica o quién vela porque se cumpla dicha ley en los distintos casos? ¿Quién cuida y protege a los ciudadanos de no ser pisoteados ni especulados? 

Si se lleva una vida dedicando las 3/4 partes del día a complacer los deseos de otros, justo es que uno se sienta merecedor de la seguridad que le ofrece un hogar propio o no donde poder disfrutar de la familia, sin que las  deudas le ahoguen hasta despojarle de la dignidad y destruir definitivamente todas sus  esperanzas, desgarrando de un zarpazo los sueños acumulados a lo largo del camino.

Triste, ¿verdad? es la realidad de hoy en día: familias con los sueños rotos y vidas despojadas de seguridad. 

Ahora lo que le sobra es tiempo, tiempo para pensar en su miserable situación, ese reloj que se ha detenido para abrazar el  espacio en un lapsus prolongado de dolor, dolor ahogado albergado en su pecho desgarrándole el corazón cuando ve a su esposa abandonar el lecho a tempranas horas para dirigirse a cumplir una jornada laboral interminable, sin horario, a cambio de una remuneración miserable sin ninguna prestación, regresando en la noche con las  huellas de la fatiga grabadas en su cara en forma de surcos y sombras que dejan ver los años que aún están por pasar. El silencio se hace dueño de sus vidas. ¿Dónde han quedado tantas ilusiones? ¿Dónde las caricias y las miradas de complicidad? Todo se está derrumbando, ni en la proximidad del lecho se percibe el calor de sus cuerpos, sordos, mudos, nada que decirse y nada que compartir. La soledad envuelve el espacio como si de dos extraños se tratase. 

Los sueños se han esfumado tras las paredes de su hogar. Allí han dejado las lágrimas de alegría y dolor, risas y proyectos, esperanzas de lucha y derrota sin futuro.

¿Que se puede hacer ante tal situación tan común en estos tiempos?

Es difícil opinar, pues la realidad es muy dura, dolorosa y desgarradora, lo cierto es que no se debe perder nunca la ilusión ni la fe en uno mismo,  pues si se ha sido capaz de crear una familia basada en el amor y el cariño, pienso que no ha de faltar el suficiente valor para enfrentarse a cualquier obstáculo e impedimento que la vida   nos depare.




PD
Con todo mi cariño me alzo en la voz  de tantas  familias que están pasando por esta situación, castigada con la indiferencia de una gran mayoría de la ciudadanía que decide pensar en positivo, pintar una sonrisa ante la desgracia ajena y mirar para otro lado. Insolidarios. 

Mañana puedes ser tú el qué esté a las puertas del caos.

¿Que  cuesta tender la mano a una persona que lo necesita?     Recibirás mucho más tú que él.