Buscamos la alegría en las cosas sin darnos cuenta de que solo en el interior de cada uno anida la razón de nuestra sonrisa, donde crecen los sentimientos yace la humildad del ser, ahí donde nuestras vergüenzas y miedos se guardan de las críticas y tratan de desfigurar la realidad, con el fin de no tener que dar cuenta de sus defectos cubriéndolos de un manto ajado de miseria y envidia, que corroe nuestra mente para haceros presos de nuestros temores.
A veces nos preguntamos de que nos vale poseer si no somos capaces de sentirnos entes completos, somos unos átomos sueltos esparcidos en la inmensidad de la nada, esperando el fin de nuestro tiempo, y después ¿que? a quien le pediremos cuenta de porqué nos hemos dejado llevar en la rueda del sistema un sistema podrido totalmente, muerto, creado por una serie de trolls destructivos y miserables que manejan el mundo a su antojo, hemos permitido que invadan nuestros hogares y se hagan dueños de nuestras miserables vidas, esos trolls son vísceras decrépitas, ediondas y putrefactas, que viven de la carroña humana, pero tienen los días contados, su tiempo toca a su fín, se han consumido en su propia miseria sus entrañas les han devorado y su rastro se desintegrará en la nada.
Volveremos a ser nuestros dueños, propietarios de nuestra vida, amos de nuestras almas, volveremos a brillar con luz propia manando energía regeneradora, nuestro tiempo ha llegado, busquemos en nuestro interior allí está nuestra alegría orgullo de raza, fuerza y garra, nos sobra para regalar, cariño y ternura.
PD
Nada dura una eternidad, y el momento puede ser una vida, nuestra fantasía es nuestra realidad.
