Estamos pasando por unos tiempos de intensas sensaciones, aprendizajes y grandes decepciones.
Así que, ¿que os parece, un poco de fantasía?
Era tarde, no sé que hora, una noche sin luna, el frío pesaba sobre sus hombros, sus pasos eran eco en la oscuridad, una farola le quitaba el sitio a la dama de la noche, la brisa del río helaba sus huesos, las manos en los bolsillos del abrigo, el cuello subido cubriendo la cara. Nadie en la calle, parece una ciudad abandonada, sola en el mundo, casas sin luz, edificios vacíos, carreteras sin vehículos, silencio total, se fijó en el suelo, brillaba como espejo, pues había llovido, mientras camina un tema le viene a la memoria, un tema que le trae recuerdos de un amor, de promesas incumplidas, de palabras inacabadas, de te quieros que no se han dicho y besos que no se han dado, un amor incomparable con nada tangible. Una mirada a hurtadillas, y una sonrisa que hablaba por si sola, ha pasado tanto tiempo que casi ha perdido el color, pero aquellas palabras, dichas en momentos mágicos y necesarios, se clavaron en su corazón para vivir hasta el final de los días.
Un amor que no necesitó de caricias, un amor que murió antes de nacer, llevándose su alegría y sumiéndola en una triste pena ...., quedaron tantas cosas por decir, tantas canciones por cantar, tantas luchas que quemar.... Sus pasos se aceleraron al recordar tan tristes pasajes de su vida, aún le dolía el pecho y se le encogía, quizás fuera el hambre, no había tomado nada desde la comida, y había sido una larga tarde, pero pronto llegaría a casa y nada que no arregle una ducha calentita. Pero su mente vuelve a ser invadida por los recuerdos de aquella experiencia corta pero intensa, entonces escucha de nuevo aquellas palabras en su cabeza, las últimas palabras que se clavaron como dagas en su corazón hiriéndolo de muerte, quizás ya no son mas que estrofas fruto de su imaginación, o frustración, ¡que más da!, lo que verdaderamente importa es que aquello sucedió, ocurrió y la marcó para el resto de su vida, aunque todo siguió su curso, transcurriendo como si nada, en su interior, se ahogó un llanto que mas bien era un grito de dolor.
No se apagaría un día, sin que dirigiese una melancólica mirada a la farola que cada final de jornada la esperaba y acompañaba, recordandole que esa luz siempre estaría cumpliendo una promesa hecha con el corazón, brillar y no olvidar que estaría ahí siempre para cuidarla.
PD
Nunca estamos solos, siempre hay personas que necesitan algo de nosotros, somos necesarios, !!!hagamos que cuente!!!