A veces pienso que es una verdadera gilipollez hablar; ¿para quién? las personas te miran asienten y no escuchan, tienen grabado en la mente sus brillantes ideas, que las transmitirán de generación en generación sin pensar el daño que están causando.
En fin, eso me ocurre por intentar cambiar el mundo, sí, nuestro mundo, este lugar en el que ya no se puede vivir, sin que a tu lado haya alguien a quien han extirpado su orgullo, rajado su moral, y roto sus sueños, ese lugar maravilloso que nuestros padres crearon y que nosotros, con su ayuda, nos hemos encargado de destruir, ese lugar tan fantástico que ni si quiera nos detenemos a disfrutar porque lo que nos ocupaba nuestro tiempo es cosiquizar cada átomo de espacio que precisa ser valorado en sumas importantes, siempre mas que el vecino por supuesto.
Tristes mentes, hemos dejado pasar nuestros mejores años sin valorar aquello que no tiene precio, aquello que no se puede comprar, ni ganar ni si quiera, robar, nuestra herencia mas primordial como la comprensión y el dolor de ver sufrir a alguien que nada tiene que ver con nosotros, o ayudar a alguien que necesita una mano para subir un peldaño, o recordarle a un pobre abuelo el nombre de su calle olvidado por la edad, los valores solidarios, el cariño, el respeto por uno mismo, por la naturaleza, el respeto por lo ajeno, en definitiva el respeto por la vida.
Todo esto lo fuimos dejando a un lado en función de nuestro poder adquisitivo, ya que nuestra creencia es que: "cuanto mas poseamos, mas por encima del resto del mundo vivimos", craso error, puesto que la realidad es que mas alejados de nuestro bienestar moral nos encontramos, y mas aislados, solitarios e inaccesibles nos situamos, hasta crearnos un castillo rodeado de unas murallas infranqueables pensando que todo lo que se encuentra fuera de ellas son nuestros enemigos, esto nos lleva a deshumanizarnos, de tal forma que nos insensibilizamos ante el sufrimiento ajeno, de cualquier tipo, y llegados a este punto pensemos que ocurriría si esas murallas y ese castillo llegará un día a derrumbarse, ¿que podría sucedernos?, ¿quien estaría dispuesto a echarnos una mano? ¿como empezaríamos a acercarnos a nuestros "enemigos" para requerirles ayuda para nosotros, o para nuestros hijos? Es complicado verdad? Sí lo es, y muy doloroso, porque habrá casos en los que esperarán al último minuto, y en otros ya no habrá marcha atrás.
Hagamos lectura de esta situación y empecemos por bajar esos peldaños que nos alejan del resto, porque tengamos claro, que solos no conseguiremos llegar a ningún lado, nos necesitamos y la ley del universo nos devuelve con creces nuestros actos, no lo olvidemos "Quid pro quo"
PD
El dinero solo sirve para hacernos felices, si no se sabe utilizar y nos aboca a la destrucción, mejor no tenerlo.