Déco

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domingo, 5 de agosto de 2012

Hija de la Luna - I









Este relato trata sobre una pequeña, hija de la luna, que habitaba los bosques de un legendario país. No conocía padres, ni hermanos, solo la magia del bosque era su compañía y maestra.

Por el día corretear entre los arroyos de aguas cristalinas, hojarascas secas y brotes de la vida, era su mayor divertimento, siempre entonaba canciones que tenían que ver con los duendes y las hadas, su vida rodeada de una luz especial transcurría en total armonía. Se llamaba Alda, el significado "la mas bella", en este hábitat tenía lo que necesitaba, el bosque la proveía de toda protección y alimento, las hojas formaban un suave y cálido lecho, los grandes árboles sombreaban sus sueños diurnos y la abrigaban de los vientos caprichosos, los limpios arroyuelos calmaban su sed, los arboles frutales, ablanos, nogales y carbayos saciaban su hambre. En resumen el desarrollo físico era inmejorable.

La niña crecía y su educación era exquisita, sus cabellos negros hasta la cintura, ojos penetrantes como el azabache que usurpaba la roca de la región, su piel, blanca como la luna, seda como la tejida por los gusanos alimentados por las hoja de la morera, piernas largas y recias de cazadora, cuerpo proporcionado, contaba 19 años, cuando un día de tantos transitaba por sus parajes, mirando los destellos del sol atravesando las ramas de los árboles y un chasquido tras de sí llama su atención. Tal vez sea un animalito del bosque, pero una gran sombra ciega su visión, acerca la mano a los ojos como para evitar el reflejo cegador, ¿que puede ser algo tan intenso que no pueda soportar su vista? un sonido que no comprende viene de algún lado, de pronto desaparece el reflejo y ante si un ser semejante a ella, aparece de pronto, pero que demonios .... que ha sucedido?, han sido las hadas? se acerca sin temor, no conoce el miedo, ni el daño que pueden llegar a causar los seres humanos, es un ángel sin malear. Extiende su mano con el mero afán de descubrir si su piel es como la de ella pero una mano recia y fuerte, la sujeta por la muñeca, le hace daño, ella se queja. Escucha como esa voz le habla pero no entiende que le dice, le muestra un recipiente con un agujero y lo acerca a la boca, cree que es sed lo que tiene, lo mira y le indica que la siga.

Tal hermosura ante sus ojos,  piensa el caminante de donde ha salido esta diosa? ha de ser un hada, o tal vez un duende, su cabello es seda, los labios rojos como las cerezas del verano dejan entrever unos dientes blancos como las perlas del río, gracias a los dioses que me han traído hasta aquí, sigue pensando a cada movimiento de  Alda que vuela en lugar de caminar, su contoneo, sus suaves pies protegidos con unas abarcas elaboradas de hoja y cáñamo, su ropaje dejan entrever unas piernas derechas y recias envidia de una deidad, no era posible quitar la vista de la muchacha, él se desvivía por hacerse entender y ella atenta le escuchaba, mientras inclinaba la cabeza como observando sus gestos, las manos grandes, ojos azules como el cielo en un día de estío, cabello color del roble, cuerpo fuerte y rudo pero en su rostro se podía percibir la ternura de una libélula durante su cortejo en el lago. Llegan así a la noche a orillas del arroyo, encienden fuego y ella prepara un lecho, el la admira como cautivado, Alda no sabe que le ocurre siente que su pecho se mueve con mas velocidad que cuando brinca por el bosque, algo ocurre en su interior pues su rostro se encalora por momentos. 

El es un transmontano que buscando aldea para cobijarse, dio con ese bosque sin saber muy bien como, pero que ahora da gracias a los dioses por tal destino. Su nombre: Alan, significado: "noble armonía. Ya situados entorno al fuego son invadidos por los sueños  y la magia de sus emociones.

Transcurrió un minuto, o tal vez horas, no se sabe una niebla como humo se balanceaba por el entorno abrazando los arboles, Alda se incorpora y avanza como si sus pasos fueran guiados, llegando a un claro, donde  se pueden divisar pequeños seres jugueteando y saltando, a la llegada de la chica fuertes aplausos y alborozos por todo el lugar, ella ríe y habla con esos diminutos seres, los duendes que la criaron y  enseñaron lo que sabe,  les comenta la llegada del nuevo personaje y la diferencia que encuentra con ella, todo es explicado por estos diminutos seres para que la muchacha hasta ese momento desconocedora, lo comprenda, el era un hombre y ella una mujer, de ahí la diferencia, el lenguaje no hay problema, mañana al alba, hablarán la misma lengua, y todo comenzará,  pero ella pregunta:

- que es todo? 
pero no obtiene respuesta, solo:

-Eso depende de vosotros!!

A esto se denomina "libre albedrío" lo blanco o negro, lo alegre o triste, solo depende de nosotros, no existen los imposibles, solo si nosotros así lo decidimos.

Habrá que esperar al alba y ver si realmente hablan la misma lengua.

PD
En nuestro interior nacen los sueños, extrapolarlos y hacerlos nuestros, depende unicamente de nuestro valor y coraje.