Déco

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domingo, 2 de diciembre de 2012

Al igual que las rosas ......








 Una rosa es hermosa, pero también tiene espinas que pueden terminar clavandose en la piel, haciéndote sangre y provocando heridas, que generarán cicatrices que el tiempo marcará como historias sin final ........

Historias que el paso del tiempo albergará como el pasado no recordado, ese pasado que todos tenemos pero que nadie quiere recordar, que rompe la mente y despierta el dolor, ese dolor que durante meses nos sumió en un letargo infinito, ese dolor que anunciaba la muerte del alma, guardado bajo siete candados sin sus llaves, a veces inerte y otras latente, pero a buen recaudo, como prueba de que en algún momento de nuestra vida fuimos sensibles a los azotes mundanos.

Porque necesitamos seguir con nuestra vida y creernos que realmente es hermosa, es por lo que no dejamos que nuestra mente vuele buscando su rumbo, sino que somos nosotros los que le indicamos que camino seguir, cuando y con quien, no existe el libre albedrío en nuestro corazón, tenemos marcado nuestro destino desde el nacimiento, cuando el tiempo haya terminado miraremos hacia atrás y leeremos nuestra leyenda, podremos obtener resultados reales de lo que hemos hecho de ella.

Al igual que las rosas, la vida también tiene espinas, no se pueden quitar sin que se claven en tu piel y a veces lleguen hasta tu alma, pero es tal su hermosura, suavidad y perfume que ¿quien se perdería el disfrutar de semejante belleza? al igual que la vida las rosas también tienen espinas.

Dicen los expertos que las espinas son las que nos van haciendo fuertes, yo pienso que no, que las espinas son las que nos van haciendo huraños, desconfiados y amargados, nos sumimos en nuestro propio dolor y los recuerdos que con el paso de los años vienen galopando abriéndose camino derribando muros y aferrándose a nuestro presente, como si se hubieran ejecutado en ese mismo instante, cambiando y rompiendo las estructuras creadas a lo largo del tiempo.

Esa es la verdad, la única verdad ........ que por muy hermosas que sean las rosas, todas, todas y cada una de ellas tienen espinas, al igual que la vida.



PD
Aún sabiendo el riesgo que corremos al coger una rosa con sus espinas, no dejamos de intentarlo siempre que nos es permitido.